Halloween está lleno de historias, según la procedencias y llenas de significados. Algunas de esas historias son leyendas urbanas, con el fin de crear e intencionar miedo la noche más terrorífica del año.

El origen de Halloween se encuentra en una festividad céltica que se conoce como ‘Samhain’. Esta palabra significa ‘fin del verano’. La cultura Samhain celebra la festividad del fin de temporada de cosechas, se consideraba en la cultura celta como el ‘’Año Nuevo Celta’’, que a raíz de aquí, comenzaba la estación oscura, o como ahora conocemos, la estación de otoño e inviernos.

Aunque la leyenda más curiosa es el tallado de calabazas como faroles, y es en 1840 en Estados Unidos cuando se asienta con más fuerza esta festividad, Halloween. Fueron los emigrantes irlandeses los que difundieron la costumbre de tallar las calabazas e introducir una vela dentro, o ''Jack-o´-lantern’’, procedente de la leyenda ‘’Jack el Tacaño’’.

El lado malvado y misterioso de Halloween lo pone esta leyenda, que relaciona a Jack el Tacaño con Satanás, por engañar y mentir a sus vecinos y amigos. El diablo apareció para llevárselo a los infiernos, éste para evitar ir le enseñó un crucifijo para atraparlo y salvarse. 

A los diez años el diablo apareció de nuevo para llevárselo, y Jack el Tacaño le enseñó de nuevo un crucifijo para evadirse del diablo. Jack murió antes de los diez años, y en las puertas del cielo le denegaron la entrada, así que fué enviado al infierno.

En las puertas del infierno, el diablo,  le denegaron la entrada, de nuevo. El diablo lo condenó a deambular por los caminos con un nabo hueco con carbón ardiendo como única luz.

Esta es la razón por la que se usan nabos y calabazas talladas, huecas y con luz, además porque son fáciles de transportar. Desde Biomilanés queremos que conozcáis esta divertida leyenda urbana, del porqué se eligieron el nabo y la calabaza para celebrar la festividad de Halloween.