El gas etileno es un gas que se produce de forma natural, está considerado como la "hormona de envejecimiento de las plantas". Este gas hace posible la maduración de frutas y verduras, provocando su cambio de color, sabor y aromas característicos. 

Existen dos tipos: frutas y verduras productoras de gas etileno, las cuales aceleran la maduración de las frutas que están a su alrededor provocando que su vida sea más corta (por lo que nos aguantan menos los alimentos); y frutas y verduras receptoras de gas etileno, siendo estas muy sensibles al mismo.

Algunas de las frutas productoras de gas son el plátano, la manzana, el aguacate, las uvas, los tomates o las cebollas. Y por otro lado, algunas de las frutas receptoras de gas etileno son el brócoli, la lechuga, los espárragos, las patatas o las zanahorias.

Dicho esto, debemos de almacenar de forma correcta nuestros alimentos, con el propósito de alargar su vida y no desperdiciar alimentos por falta de información.

Así, almacenaremos los alimentos separándolos en dos, por un lado, situaremos las frutas y verduras productoras de gas etileno, y por otro, situaremos las frutas y verduras receptoras de gas etileno. Además, eliminaremos las piezas de frutas y verduras podridas, ya que aumentan los niveles de dicho gas.