Uno de los beneficios es que cualquier momento del día es idóneo para tomarlas, siempre y cuando no se olvide introducir otras variedades de frutas, ricas en proteínas.
El consumo de fresa en España es muy alto, y además es el primer exportador europeo de esta fruta y uno de los primeros del mundo.  El consumo debe ser de entre 8 y 9 días después de ser recogida, aunque se conservan de forma aceptable en congelación durante meses.

La mayor parte de los antioxidantes residen en las pepitas, también conocidas como aquenio, que corresponden a un 7,5% del peso seco de la fresa.

La experta Andrea Calderón, de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA) detalla que esta fruta podría contribuir a un menor riesgo de cáncer y de enfermedades cardiovasculares, a regular el colesterol sanguíneo, a mejorar el sistema inmunológico, a aumentar la capacidad neuronal, a reducir los procesos inflamatorios y a retrasar los procesos de oxidación y de envejecimiento en el organismo.

En cuanto a su composición nutricional aproximadamente un 90% es agua, un 7% es de hidratos de carbono  (fructosa, glucosa y xilitol). Es buena fuente de vitamina C y también rica en potasio, antocianinas, fibra y ácidos orgánicos de ácido salicílico.

La experta nutricionista también recuerda que la fresa contiene polifenoles que aportan grandes beneficios para la salud, además de conferirle ese color tan característico. Gracias a todas estas sustancias se considera que la fresa es una de las frutas más antioxidantes del mercado.

Estos antioxidantes bloquean el efecto dañino de la oxidación proveniente de factores externos a la dieta, del medio ambiente, del tabaco, o de la contaminación.

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Fuente: ecoticias.com